Hace algunos años, una visita a la feria
dominical de Huancayo era un recorrido por un mundo casi
mágico de formas, colores y personajes variados. Nuestros ojos iban de la textilería de San Pedro de Cajas a los bordados de
la región o los juguetes de madera de Molinos; pasando por las delicadas figuras de los mates burilados de
Cochas , para detenerse finalmente en los destellos de
la platería de San Jerónimo de Tunán. Estos destacaban nítidamente en medio de
productos alimenticios y todo tipo de objetos industriales que llegaban de Lima
y de otras regiones. Todo se podía comprar en la feria y a ella venían
pobladores desde las zonas más altas de la cordillera y desde valles aledaños.
Huancayo se había convertido en un gran centro comercial, a partir de su
conexión con Lima y la costa mediante el ferrocarril central pero sobre todo
por el espíritu emprendedor de su gente, con gran visión e iniciativa.
Varios de los productos eran
de larga tradición en el valle del Mantaro, pero algunos fueron incorporados al
valle recién durante los siglos XIX y XX. La antigua relación comercial entre Lima y
el Cusco, que tenía a la ciudad de Huamanga como punto obligado de paso, había convertido a esta última en un importante centro comercial y productivo. Al construirse el ferrocarril
central, Lima inició una intensa relación comercial con Huancayo y el Cusco con
Puno y Arequipa, llevando a Huamanga al desastre productivo y comercial. Esto
motivó la migración de un buen número de productores artísticos y artesanales
al nuevo centro comercial: el valle del Mantaro y la ciudad de Huancayo.
Impulsados por la necesidad de supervivencia, buriladores, plateros e imagineros
llegaron a la zona llevando sus técnicas tradicionales y las incorporaron a las
que encontraron allí. A través de la presente serie de artículos pretendemos mostrar algunas de las notables tradiciones de la zona.
Empezamos, en primer lugar, con la matería se Cochas.
Frutos decorados
Mate pirograbado hallado en Huaca Prieta (La Libertad)* |
El uso del mate (fruto de la
lagenaria que conocemos tambièn como calabaza) para fines utilitarios es muy antiguo en nuestro territorio, era
usado como recipiente para alimentos hace probablemente más de 6 000 años. Su
uso luego adquirió carácter simbólico y fue incorporado a dinámicas de culto.
En la colonia su empleo continuó, formó parte de la vajilla del hogar, sencilla
o decorada, incluso engastada en plata, según era la capacidad económica de sus
propietarios.
Cofrecillo decorado procedente de Ayacucho* |
Esta tradición artística tuvo muchos realizadores en las ciudades de Huamanga y Huanta en Ayacucho, también en la región de Huancavelica, ambas constituían la zona del Bajo Mantaro; los centros de producción de la región Junín entre tanto formaban parte del Alto Mantaro. Las condiciones económicas del siglo XIX y sobre todo del XX favorecieron a la zona del Alto Mantaro, específicamente en los pueblos de Cochas Grande y Cochas Chico en el distrito del Tambo de la provincia de Huancayo.
Las técnicas
Mate en proceso de ser burilado |
Para la elaboración de las piezas, una vez secos y luego de haber
vaciado su contenido, los mates se burilan, labrando la superficie con un
objeto punzante sobre unos trazos hechos previamente con lápiz. Una vez
realizadas las incisiones se puede optar por dos tipos principales de acabado.
Tècnica huamanguina |
Uno de ellos consiste en preparar un betún de color negro,
mezcla de tizne con grasa, con el que se unta el mate, consiguiendo que se
introduzca en las incisiones, así quedan delineados los diseños en color negro
sobre la superficie amarillenta. Esta técnica, pese a ser realizada en Cochas,
aún conserva su nombre de Huamanguina. La otra técnica consiste en
quemar la corteza del mate, previamente burilado, con astillas de qeñual (polilepys spp.).
De ese modo se obtienen diversas
tonalidades en la superficie, desde el naranja parduzco hasta el casi negro, según
el tiempo de la aplicación; su acabado final tiene tantas gradaciones que es difícil
creer que provienen de quemado y no de colorantes o anilinas; esta técnica es
la llamada Huanca.
Técnica huanca de pirobrabado |
A estos dos tipos de acabados se agrega actualmente diversas técnicas, como la coloración de las superficies con anilinas, reproduciendo los diseños de los textiles bordados lo cual es poco
tradicional pero ha mejorado su posicionamiento en el mercado.
Mate con representación de la Batalla de Angamos** |
Las representaciones
Desde sus orígenes ayacuchanos
las representaciones de los mates han reflejado los acontecimientos importantes
de la vida. Así encontramos escenas alusivas a grandes hechos históricos, lo
mismo que imágenes de festividades populares o familiares, acompañados de escenas
de trabajo, de la vida cotidiana y del paisaje de la región.
Aparecen también
festividades populares, especialmente escenas de la festividad de Santiago
Apóstol, de la siembra y cosecha de papas, lo mismo que danzas y ritos de la
zona: el huaylars, los shapish, la huaconada y otras. Estas se labran en el sector central del mate
mientras que los sectores superior e inferior se decoran con complicadas formas
geométricas o simulaciones de flores y enredaderas, siguiendo la tradición del
arte mudéjar.
Las formas
Mate azucarero* |
Puru |
Siendo los mates productos
orgánicos, sus formas son variadas. Cuando son labrados, los artistas se
acomodan a esas formas para producir objetos utilitarios o decorativos. Así
tenemos: azucareros, de forma globular, a los que se les corta la parte superior
dejando los bordes con puntas de estrella y que tienen fin utilitario.
Huiro |
Una de las formas más comunes es la llamada puru, de forma parecida una pera, los alargados, usualmente labrados con diseños horizontales son llamados huiros y
los de forma curva son convertidas por los materos en bellas aves.
Aves |
La matería es una actividad que mantiene vigencia en la zona, sus artistas siguen produciendo, como el caso de la familia Veli, Ángel Alfaro o Sixto Seguil, de la dinastía de la familia Dorregaray, su línea materna, de larga tradición en la producción artística.
Nuestra visita al valle del
Mantaro nos ha permitido verificar la estrecha relación que establecen los
artistas populares con su entorno, del que se convierten en voceros
permitiéndonos gozar de la experiencia estética que proporcionan sus obras, en
las que confluyen armoniosamente la forma, el color y, sobre todo, la vitalidad
y expresividad de sus representaciones.
Textos y fotos de Carlos Cosme
* Fotos tomadas de:
STATSNY, Francisco. (1981). Las Artes Populares del Perú. Editorial EDUBANCO, Madrid.
** Dibujos tomados de:
RÍOS, Sirley y ZÁRATE, Juan, (2001). Breve historia gráfica de la plástica andina. Seminario de Historia Rural Andina. Lima.
Bibliografìa:
AAVV. (2006). El fruto decorado. Mates burilados del Valle del Mantaro (siglos XVIII-XX). URP-ICPNA. Lima,
Gracias Carlos, me trajiste hermosos recuerdos...
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